La empresa 2.0 es pequeña. No se ve. No tiene edificios muy grandes. Aún hay muy pocas. Google y otras privilegiadas que se le parecen. Por el momento no mucho más que eso. Las pequeñas empresas son muy 2.0 y probablemente existen en un número bastante más interesante que en el caso de las medianas o grandes.

Son varias las características que podríamos asociar a una empresa 2.0, pero por el momento, me voy a concentrar en una de ellas: La empresa 2.0 (casi)= Teletrabajo.

Créanme señores, en pocos años el teletrabajo no sólo será bueno, sino IMPRESCINDIBLE: quedó demostrado que la educación de los hijos no es responsabilidad del colegio o la nana, y la jornada inhábil no siempre es suficiente. El calentamiento global no nos va a dar tregua (sí, estoy en la vereda de los pesimistas) y seguir trasladándonos en nuestras amadas 4×4 de 3.000 c.c. sólos, para tener que llegar a la oficina a encerrarse en la oficina casi todo el día, si es que no estás es reuniones desordenadas y mal planificadas en muchos casos… no resiste análisis.

Todo el gasto que a la sociedad y al estado le significa mantener la infraestructura que soporta millones de personas trasladándose hacia sus trabajos, en buena parte justificados sólo porque el dueño o jefe no es capaz de argumentar más allá del miope “como voy a saber lo qué está haciendo”… yo feliz le diría: “idiota, mejor piensa en lo que deben lograr”… Sí, incluso en ese tono.

¿Se imaginan qué nos podríamos ahorrar si muchos teletrabajáramos? Infraestructura de caminos, energía eléctrica, calefacción y aire acondicionado de edificios, polución ambiental, accidentes de tránsito, transporte público, seguridad para transeúntes, aseo y ornato, enfermedades mentales y otras asociadas a la vida moderna, etc. De todo lo anterior, muchísimo menos.

Ya… ¿cómo se parte? Creo que puede haber varias formas, pero voy a mencionar sólo dos que se me ocurren por el momento: cultura empresarial/gerencial y tecnologías de colaboración. De la primera voy a hablar otro día y de tecnologías de colaboración voy a decir una sola cosa: I LOVE GOOGLE.

Sí, yo amo a Google. Hace 10 años atrás, contar con la tecnología de comunicaciones y colaboración que hoy posee mi (muy pequeña) empresa habría significado una inversión millonaria… hoy es gratis. Simplemente increíble.

Las herramientas que estos tipos han desarrollado nos acercan cada día más al sueño de la empresa que teletrabaja. Donde no es necesario trasladarse físicamente sino que todo puede hacerse desde la casa… o un Starbucks si los niños no te permiten concentrarte.

Algunas de las plataformas de colaboración que Google nos provee:

  • Correo electrónico que permite manejar múltiples dominios, no sólo gmail.com
  • Calendarios compartidos con muchos usuarios: todos cachando “qué cosa y a qué hora”.
  • Bloc de notas. Escribir ideas, borradores, minutas de reuniones, etc. Compartirlas y corregirlas online.
  • Reader: sé lo que pasa en mis sitios relevantes, en un sólo vistazo, menos vueltas de navegación. Actualización casi instantánea.
  • Con Google Docs una suite de oficina que no requiere pagos, hace lo mismo que la gigantezca, con menos parafernalia, pero colaborativa y efectiva… grrr..
  • Con Talk hay chat, video y voy. Es como tener a tu partner en la oficina del lado… toc, toc, toc…
  • Traductor muy bueno: “¿que le mande la propuesta en inglés?… pero por supueeeesto… ¿no la quiere en francés también?”
  • El navegador, el blog, la herramienta de aquí y allá…

Grandes corporaciones… uníos! Las pequeñas empresas atomizadas, confiadas, colaborativas, humanas, eficientes, responsables y amantes de sus clientes… vamos por ustedes.